¡¡¡¡Gracias Santidad!!!!

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miércoles, 7 de septiembre de 2011

! HE VISTO ¡ ( por el Párroco de Camas)

He visto llegar a los jóvenes con antelación y abrirse las casas y los corazones generosamente. He visto mil problemas y para todos encontrar solución. He visto llorar a los jóvenes en el confesionario hablando de su vocación, adorar desde las cinco de la tarde -hora torera del infierno sevillano-, rotos y cansados al Santísimo Sacramento del Altar, y todo con la alegría de tener a Cristo delante. He sentido como Dios amaba, nos amaba en primera persona. He visto el salón de plenos del Ayuntamiento convertido en espacio para Dios, la generosidad del pueblo y todos dando lo que tenían. He visto la indiferencia de mis jóvenes, los que conozco y no conozco, los que me saludan y los que pasan ligero para nos aludar al cura. He visto que todos se preguntaban, se interrogaban, también criticaban, pero nadie quedaba indiferente. He valorado los jóvenes de mi parroquia como un don precioso de esperanza y capacidad de entrega. He visto el rostro del Papa como un signo volar constantemente sobre la torre desde hace meses (Acoge y Peregrina) y sentirnos así amados por Pedro. He visto a mi parroquia vocarse y entregarse. Rostros cansados, con nervios que nos llevan a pedir perdón por el tiempo que llevan trabajando. He visto un oasis en Camas, en pleno agosto, cuando no hay ninguna vida o la vida se esconde por miedo al calor. He visto la sonrisa y la belleza de DIos en tantas horas de entrega y sacrificio, y todos han experimentado que han hecho, simplemente, lo que tenían que hacer. Se han sentido pagados. He visto a Dios caminar por Camas, sin tapujos, con claridad hasta llegar a la plaza que en estos días ha dado honor a su nombre: el triunfo. Dios triunfa en María, la siempre joven, y en todo el que abre su corazón a Cristo. He visto la comunión en las hermandades, entre los grupos que se ponían a servir, he visto las limitaciones personales y de mis hermanos, pero simplemente las hemos amado, aceptándo que llegamos hasta donde podemos. He visto la comunión entre los sacerdotes de varios pueblos y compartir la experiencia del presbiterio, la diocesanidad. He visto la universalidad de la Iglesia, y la grandeza del ministerio sacerdotal. Te he visto, Señor, y de nuevo has confirmado mi fe. Gracia spor mis hermanos, gracias por estos momentos, sigue preparándonos para ser comunidad misionera. Por tu Palabra, Señor, siempre por tu Palabra, en tu nombre echaremos las redes. He visto rezar el rosario como oración integradora y a la gente salir y meterse en el grupo porque aquello era bello. Era difícil no emocionarse orando ante el icono de la Virgen de Guadalupe. He visto la noche llenarse de fiesta cristiana sin necesidad de recurrir a nada extraño para divertirse. Me he visto sorprendido, yo que tanto he vido, que tantas veces me he caido y levantado, me he visto sorprendido, evangelizado y lleno de esperanza ¡Dios siempre nuevo! Ha sido una sonrisa continua la que hemos visto, la sonrisa amable de Dios que s emanifiesta en los hermanos, la sonrisa del Espíritu Santo que se derrama. Os he visto pensar, orar, guardar silencio y escuchar... y en medio de todo la pregunta siempre directa: y nosotros ¿qué tenemos que hacer?