¡¡¡¡Gracias Santidad!!!!

¡¡¡¡Gracias Santidad!!!!
¡¡¡Gracias Santidad!!

jueves, 24 de junio de 2010

La Parroquia se va al cine a ver : La última cima.

Un nutrido grupo de feligreses acudieron a ver la proyección de la película del sacerdote Pablo Dominguez. "La ultima cima"es un cántico de esperanza ante la hermosa realidad del sacerdocio.

domingo, 20 de junio de 2010

Bodas de Plata de Angel y Mariló.

En la mañana del sábado, celebró sus 25 años de casada, nuestra querida amiga Mariló. Acompañada de su marido, Pablo y de sus queridos hijos. También se unieron sus amigas catequistas de la parroquia. Desde aquí felicitamos a esta querida pareja y le deseamos muchos años más juntos.

El pueblo de Valencina corona a su patrona la Virgen de la Estrella.

En un hermoso pontifical en Torrijos, presidido por el Sr. Arzobispo, tuvo lugar en la tarde del sábado la coronación canónica de la Virgen de la Estrella. Desde aquí felicitamos a nuestros queridos vecinos.

viernes, 18 de junio de 2010

Clausura del curso de la Vicaria en Nueva Sevilla.

Mañana sábado a las 10 de la mañana, se ha convocado a los ocho grupos que constituyen el Consejo Parroquial. Nos trasladaremos a la parroquia de Nueva Sevilla para celebrar la clausura del curso.

martes, 15 de junio de 2010

Dios no abandona a su Iglesia.

DIOS NO ABANDONA A SU IGLESIA, Carta semanal del 13-06-10 Pocos pasajes del Evangelio son tan dramáticos y al mismo tiempo tan consoladores como el que nos narra San Marcos en el capítulo 4 de su Evangelio. Lo recordé hace unos domingos, cuando después de confirmar en una parroquia de Sevilla, se me acercó una persona para hacerme partícipe de sus sufrimientos ente los ataques de que es objeto la Iglesia en los últimos meses. Con lágrimas en los ojos me manifestaba sus temores por su futuro, teniendo en cuenta el avance de ideologías anticristianas, las leyes que no respetan la ley natural, y los ataques, la falta de respeto y la ridiculización continua de que son objeto los sentimientos religiosos por parte de ciertos medios de comunicación social, a partir de algunos casos lamentables, que están en la mente de todos. Traté de confortarla recordándole la escena evangélica: El Señor acaba de concluir su predicación junto al lago y marcha en barca acompañado por los Apóstoles a la otra orilla. Está oscureciendo. Jesús, cansado de una dura jornada de trabajo pastoral, duerme en la popa. De repente, se levanta el viento, se encrespan las olas, que se abalanzan sobre la barca, que comienza a llenarse de agua. El miedo se apodera de los Apóstoles. El naufragio parece inminente. Por ello, despiertan a Jesús con una pregunta que al mismo tiempo es una petición: "Señor ¿no te importa que nos hundamos?". Jesús se pone en pie, increpa al mar, el viento cesa y retorna la calma mientras reprocha a los Apóstoles su falta de fe. En la vida de la Iglesia y en nuestra vida, se dan a veces situaciones muy parecidas. Todos tenemos alguna experiencia de momentos, a veces temporadas, en que parece que el Señor se ha olvidado de nosotros; cuando la tiniebla nos rodea, el dolor y la enfermedad nos visitan y el sufrimiento, como consecuencia de problemas profesionales, económicos o familiares, nos hacen sentir el silencio de Dios, como si el Señor nos hubiera dejado de su mano y la barca de nuestra vida estuviera a punto de hundirse. El texto evangélico que acabo de recordar nos invita a la esperanza y a la confianza en Jesús. Los Apóstoles tienen miedo porque no reconocen todavía su divinidad. Y es necesario el milagro para que, admirados, se digan unos a otros: "¿Quien es éste? Hasta el viento y el mar le obedecen." En la coyuntura por la que está atravesando la Iglesia y en las situaciones personales a las que acabo de aludir, el Señor nos invita a avivar nuestra fe en Él, sobre todo en los momentos en los que la barca de la Iglesia o la propia barquilla de nuestra vida es zarandeada y sacudida por el sufrimiento y el dolor. También entonces el Señor nos sigue queriendo y sigue velando sobre su Iglesia con su Providencia amorosa. Confiemos, pues, en Él, que no permitirá que seamos probados por encima de nuestras fuerzas. Él permite que el mal nos visite para nuestro bien, para nuestra purificación. Él nunca nos abandona, pues incluso en el momento de la muerte, nos está esperando para acogernos y abrazarnos. Éste ha sido siempre el convencimiento de los santos y el pensamiento que ha espoleado su fidelidad. Santo Tomás Moro, canciller de Inglaterra, seglar y padre de familia, estando prisionero en la Torre de Londres, en vísperas de ser ajusticiado por negarse a aprobar el divorcio del rey Enrique VIII, escribía a su hija Margarita esta hermosa frase, que todos nosotros deberíamos repetir en los momentos de prueba: "... de lo que estoy más cierto en este instante en el que se me anuncia mi muerte, es que Dios nunca me va a abandonar. Por ello, me pongo totalmente en sus manos con absoluta esperanza y confianza en Él". Éste debe ser el estilo del cristiano ante el sufrimiento, ante la vida y la muerte, y ésta debe ser también nuestra actitud en el tiempo histórico que nos ha tocado vivir, en el que podemos sentir la tentación de la desesperanza, el temor y encogimiento: temor por el futuro de la Iglesia y de la familia, miedo por el alejamiento de la Iglesia de amplios sectores de la juventud, miedo por el futuro de la sociedad cristiana. También a nosotros, como a los Apóstoles, nos dice el Señor " No tengáis miedo, hombres de poca fe". Él nos ha prometido que "los poderes del infierno no prevalecerán contra la Iglesia"; Él nos ha prometido "estar con nosotros, todos los días hasta el fin del mundo", promesa que incluye la asistencia del Espíritu sobre la Iglesia, que puede fluctuar, pero que jamás se hunde. En esta hora, el cristiano debe ser hombre de esperanza, sembrador de esperanza, la esperanza activa de quien confía en las promesas de Dios, pero que cada día se esfuerza por ser fiel, por mejorar su relación con Dios y con los hermanos, sin descuidar el testimonio y el apostolado. Dios no abandona a su Iglesia en su peregrinar histórico, pero quiere nuestro esfuerzo y colaboración. Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. + Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo de Sevilla

La ultima cima Pelicula inicio

La Última Cima

Excelente película sobre la vida de un sacerdote, Pablo, enamorado de Jesucristo y alpinista. Basada en un hecho real y recomendable para todos los públicos. En el cine de Bormujos entre otros. http://www.youtube.com/watch?v=HSOcooyH_Fc&feature=player_embedded

sábado, 12 de junio de 2010

Aniversario sacerdotal de nuestro Párroco.

Hoy 12 de junio se conmemora el 17 aniversario de Ordenación sacerdotal de nuestro Párroco. Desde aquí nos unimos todos en acción de gracias a Dios en la Misa de 9 de la tarde, por el don del sacerdocio y por los 17 años del nuestro. ¡Muchas Felicidades D. Joaquín !

martes, 8 de junio de 2010

Decálogo de un matrimonio feliz.

DECÁLOGO DEL MATRIMONIO FELIZ 1. Nunca estéis enfadados los dos a la vez. 2. No os gritéis jamás, a no ser que la casa se incendie. 3. Si uno de los dos debe ganar una discusión, deja que sea el otro. 4. Si tienes que criticar, hazlo con amor y delicadeza. 5. Nunca menciones errores del pasado. 6. Olvídate del mundo entero antes que de tu pareja. 7. Nunca os vayáis a dormir sin haber hecho las paces por una discusión. 8. Al menos una vez al día, hazle un comentario amable o ten un gesto de amor. 9. Cuando te hayas equivocado, admítelo y pide perdón. Si se equivoca, perdónale. 10. Se necesitan dos para una pelea, y quien no tiene la razón es normalmente el que más habla

sábado, 5 de junio de 2010

Cáritas sitúa en 9 millones los españoles que viven bajo el umbral de la pobreza

La crisis económica ha provocado que en dos años, de 2007 a 2009, el porcentaje de los pobres en España aumente un 3,4 por ciento, lo que supone que hay un millón más de personas que vive por debajo del umbral de la pobreza y ya superan los 9 millones. Estos son datos del estudio, elaborado por la Fundación Faessa para Cáritas que analiza "el primer impacto de la crisis en la cohesión social en España", que ha sido presentado hoy y que constata que las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes son los más afectados. El estudio, que ha sido explicado por su responsable, el profesor de la Universidad Pública de Navarra Miguel Laparra, ha sido elaborado a partir de 3.500 encuestas en toda España que recogen las mismas preguntas que se hicieron en 2007, antes de la crisis, para el informe Fossa sobre exclusión y desarrollo social en España. Si antes de la crisis los pobres en España representaban el 19,3 por ciento de la población, en 2009, ha aumentado al 22,7 por ciento, una cifra que comprende a aquellos que viven en una "pobreza moderada" (ingresan 6.000 euros al año) y que se sitúan en el 19,6 por ciento, y los que son pobres "severos" (ingresan menos de 3.000 euros al año). La exclusión social afectaba en 2009 al 18,6 por ciento de los hogares españoles, en tanto que en 2007, la cifra era menor, 15,3. En particular, el estudio señala que mientras que en 2007 había 14.320.000 de hogares integrados, a los que no afectaba la exclusión social, esa cifra ha descendido en 2009, y se sitúa en 13.944.000, es decir 2.185.000 de hogares han pasado a una situación de exclusión social. En cuanto a los hogares con índices de exclusión social, en 2007 eran 2.795.000, de los cuales 1.809.000 han mejorado su situación y están en la categoría de "integrados", mientras que 986.000 han permanecido igual y suman 3.171.000 (ya que se suman los 2.185.000 de hogares que han pasado de integrados a excluidos). Según el profesor Laparra, ahora "la pobreza afecta a sectores más amplios y el desempleo afecta a todos los sectores, aunque con distintas intensidades". Asimismo, según el estudio, casi uno de cada cuatro hogares encabezados por mujer está en situación de exclusión social, ya que a este colectivo le afecta la crisis con "bastante intensidad", al igual que a jóvenes e inmigrantes. En cuanto a éstos últimos, Laparra ha señalado que les ha afectado "el doble" y tienen también el "doble" de dificultades para salir de esa situación. (RD/Efe)

viernes, 4 de junio de 2010

Carta el Párroco en la fiesta del Corpus Christi.

CARTA DEL PÁRROCO Queridos feligreses: Me dirijo a toda la Comunidad para informar que en éste año sacerdotal que celebramos, podemos dar gracias a Dios al final del curso por los infinitos beneficios que hemos recibido de Él. La Parroquia ha crecido en sus miembros y en calidad. La oración y la participación frecuente en la Eucaristía y confesión se ha notado. Los retiros en Constantina y los Cursillos de Cristiandad, han sido un regalo de Dios para todo los que quisieron ir. El próximo curso habrá más, para aquellos que éste no fueron y así poderse encontrar con el Señor de una forma personal y renovadora. Era mi intención este Año Sacerdotal, sacar al Santísimo bajo Palio. Es la forma más intima y cercana de la Custodia llevada en mis manos. Costumbre primera de todos los pueblos y que no se debe perder. Al ser un recorrido largo requiere el tener altares para descansar, rezar y dar la bendición con el Santísimo, como se ha hecho tantos años. Por varios motivos, no ha podido ser este año, pero el que viene es mi intención sacarlo con el Palio. Así podremos sacar al Señor, unos años en el paso y otros bajo el Palio. Las dos formulas son buenas. De tal manera que pido, para el año que viene, más colaboración de los vecinos para que haya más altares en el recorrido y así poder parar en cada uno de ellos.El Palio lo portan los representantes de la Iglesia del pueblo que constituyen el Consejo Parroquial. Son seis varales y ocho grupos los que se turnan para llevarlos. Sé que cuento con la colaboración de todos, para seguir construyendo no solamente la Procesión del Corpus, sino lo que es más importante: La Iglesia de Santiponce. Damos gracias a Dios por los enfermos que se atienden, por los que se les lleva la Comunión cada miércoles. Por la Misa por los enfermos los segundo sábados de mes. Por las oraciones ante el Santísimo los miércoles y los sábados. Damos gracias a Dios por los niños que se preparan en su fe, por los catequistas que los acompañan. Por los miembros, de las Hermandades de nuestro pueblo que trabajan y se esfuerzan por ser fieles a Cristo y su Iglesia. Por los jóvenes que se forman en la fe. Por las familias que piden el bautismo o el matrimonio para celebrar la vida el amor y la familia. Damos gracias por Caritas que ayuda a los más necesitados del pueblo. Por los alimentos que se recogen para dar de comer a familias de este pueblo. Damos gracias a Dios por que Él guía a su Iglesia de Santiponce, constantemente. Ponemos también en sus manos el proyecto de La Providencia. La “casa del cura” que se convertirá en cocina para que los ancianos que les falte las fuerzas para cocinar, puedan tener una comida caliente cada día. Gracias a los que ya os habéis ofrecido para cocinar desinteresadamente. Gracias al Ayuntamiento porque se ha ofrecido a hacer el proyecto y colaborar en su ejecución. Termina por tanto un año lleno de frutos que ofrecemos a Dios en esta fiesta de su Cuerpo y Sangre. ¡Sigamos caminando juntos¡ Vuestro Párroco. Joaquín+

Homilia del Arzobispo en la fiesta del Corpus.

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI Catedral de Sevilla 1. "Glorifica al Señor Jerusalén, alaba a tu Dios Sión". Con estas palabras del salmo 147, con que el pueblo de Israel bendecía a Dios después de librarle del hambre en tiempo de sequía, nos señala la liturgia las actitudes con que la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, celebra hoy la solemnidad del Corpus Christi: proclamando públicamente en nuestras calles la verdad salvadora de la Eucaristía, bendiciendo, adorando y aclamando al Señor que sacia nuestra hambre espiritual con flor de harina, con el sacramento santísimo de su cuerpo y de su sangre. ¡Solemnidad del Corpus Christi! ¡Día para la veneración pública del Santísimo Sacramento en la Iglesia extendida por todo el orbe! ¡Día para agradecer a Dios uno y trino este don inconmensurable! ¡Día para confesar sin rubor nuestra fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía y fomentar la piedad y veneración de los fieles ante el Cristo ofrecido, glorificado e intercesor, hecho presencia y cercanía! 2. ¡Eucaristía, misterio del amor inaudito de Cristo, que antes de volver al Padre, se queda con nosotros en su Palabra, en la Iglesia, sacramento de Jesucristo, en nuestros hermanos, en los sacramentos y, sobre todo y por antonomasia, en las especies eucarísticas! (SC 7). ¡Eucaristía, misterio de la suprema condescendencia de Cristo que no nos deja huérfanos, obra grandiosa del poder de Dios, que cada día permite que el pan y el vino, fruto preciado de nuestros campos, por la palabra del sacerdote, se transformen en el cuerpo y en la sangre del Señor! 3. Gracias al prodigio de la transustanciación, queridos hermanos y hermanas, en los dones eucarísticos está el Señor con una presencia real y verdadera. Esta presencia del todo singular eleva a la Eucaristía por encima de los demás sacramentos y hace de ella el sacramento por excelencia, el "don por excelencia" (EE 11). La Eucaristía es el don del mismo Cristo, de su persona, de su cuerpo, sangre, alma y divinidad. La suya no es una presencia simbólica sino real. Las palabras de Jesús en el momento de la institución (Mt 26,26-28), nos están diciendo que su intención no es dejarnos sólo un símbolo que nos recuerde su entrega redentora, sino quedarse con nosotros con una presencia misteriosa, pero real, verdadera y sustancial, hasta su vuelta. Por ello, la Eucaristía es el misterio de nuestra fe. Los sentidos no pueden percibirlo, pero la fe, como nos dice Santo Tomás en sus himnos eucarísticos, está segura de las palabras del Señor. 4. "Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros". "Esta es mi sangre, derramada para el perdón de los pecados". San Pablo nos acaba de recordar estas palabras del Señor en el momento cumbre de la piedad y del amor de Cristo por la humanidad, anticipo sacramental de su amor desbordante en la Cruz. Cumpliendo su mandato, el sacerdote repite estas palabras en la Santa Misa y entonces el tiempo retrocede y los cristianos del siglo XXI nos hacemos comensales de la cena santa de Jesús y sus Apóstoles en el Cenáculo. En la Santa Misa, el cuerpo y la sangre de Cristo, su vida y su persona, se hacen presentes ante nosotros con el mismo realismo y verdad que en aquella noche, con la misma fuerza, con la misma intensidad. A partir de la consagración, sobre el altar resplandece el cuerpo resucitado y glorioso de Jesús. Desde allí nos llama y nos sostiene. Hacia él nos encamina y nos atrae. 5. Los miles y miles de sagrarios del mundo entero mantienen presente la ofrenda de Jesús. Revestido de un cuerpo como el nuestro es nuestro vecino, compañero de peregrinación, apoyo de nuestra debilidad y alimento de nuestras almas. En el sagrario, tenemos la sorprendente presencia sacramental de Jesucristo. Por ello, la exposición del Santísimo Sacramento, la visita diaria al Sagrario y, sobre todo, la participación en la Santa Misa, es acercarnos a la ternura de Belén, es contemplarle con María y José en la intimidad del hogar de Nazaret; es sentarnos entre los oyentes del Sermón de la Montaña; es cruzar la mirada con el Señor de la misericordia y del amor que cura a los enfermos y perdona a los pecadores; es abrazarnos a sus pies como María Magdalena; descansar como Juan en el pecho del Señor; estar con María junto al cuerpo destrozado de Cristo al pie de la Cruz; es comer y conversar amigablemente con el Resucitado a orillas del lago y postrarnos ante Él como Tomás para gritarle "Señor mío y Dios mío". Es, por fin, recibirlo en nuestro corazón como alimento de vida y santificación. Por ello, la Santa Misa es fuente de vida. Cuántos cristianos la dejan con cualquier excusa. Dicen que se aburren, que no la necesitan. ¿Seria igual la vida de los matrimonios y de las familias, sería igual la vida de nuestros jóvenes, sería igual la relación de unos con otros, si todos viviéramos intensamente cada semana la maravilla que es la Eucaristía? 6. La presencia del Señor en la Eucaristía, queridos hermanos y hermanas, no es estática, sino profundamente dinámica. Desde la Eucaristía el Señor nos fortalece, nos diviniza, nos aferra para hacernos suyos, para transformarnos y asimilarnos a Él. Por ello, es el auténtico camino de renovación de nuestras comunidades cristianas. ¡Cuánto consuelo, cuánta fortaleza, cuánta fidelidad, cuántas virtudes han crecido en la íntima comunicación de los fieles cristianos con el Señor, en la visita al Santísimo y en la adoración silenciosa del Santísimo Sacramento! Junto a la Eucaristía crecerá el anhelo de santidad, el amor a Jesucristo y la caridad pastoral de nuestros sacerdotes y seminaristas. De la cercanía a la Eucaristía han de salir los jóvenes cristianos, limpios, alegres y generosos, capaces de vivir una vida nueva y de construir la nueva civilización del amor. Junto a la Eucaristía surgirán vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. En el amor a la Eucaristía crecerán las familias cristianas unidas, fecundas y evangelizadoras. En el amor a la Eucaristía nos ha de venir la renovación de nuestras parroquias, el vigor espiritual y apostólico de nuestra Iglesia diocesana, el crecimiento en la fe y la victoria sobre el pecado que oprime nuestras vidas y desgarra nuestra sociedad. Jesús sigue siendo el Pan vivo bajado del cielo que alimenta nuestros corazones mientras peregrinamos hacia la casa del Padre, "la Cena que recrea y enamora", "fuente que mana y corre", como escribiera con gran belleza literaria San Juan de la Cruz. 7. En esta mañana, mientras acompañamos al Señor por nuestras calles, pidámosle que fortalezca nuestra fe y que perdone nuestras omisiones y deficiencias con este divino sacramento. Demasiadas veces nos hemos olvidado de El, demasiadas horas, queridos hermanos sacerdotes, están cerrados nuestros templos, demasiadas veces quedan abandonados los sagrarios, demasiadas veces los cristianos despreciamos este alimento celestial o lo dejamos por cualquier excusa inconsistente. Seguro que a su paso por nuestra ciudad, Jesús va a encontrar muchas personas que viven una existencia anodina y sin sentido, anclada en el nihilismo y el hastío. Pidámosle que haga brillar sobre ellos la luz eterna de Dios, que ilumina el corazón del hombre, disipa las tinieblas del pecado y abre ante nuestros ojos caminos de vida y de santificación. Pidámosle que nos haga heraldos y misioneros de su presencia, que despertemos en nuestros hermanos el deseo de encontrarse con Él; que a través nuestro, como Pedro y Andrés, puedan decir "Hemos encontrado a Jesús" (Jn 1,41), "hemos visto al salvador". 8. Queridos hermanos y hermanas: Con la guía segura de la exhortación apostólica Sacramentum caritatis del Papa Benedicto XVI, todos estamos invitados a profesar la fe en la Eucaristía en toda su integridad. No es tiempo de más vacilaciones teológicas y pastorales en torno al misterio de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, ni sobre su carácter de sacrificio y oblación sacerdotal, ni de interpretaciones que vacían la fe de la Iglesia. Es tiempo más bien de profundización interior en toda la belleza y armonía de este sacramento, "Amor de los Amores". El misterio adorable de la Eucaristía ha de ser celebrado con toda dignidad, como la Iglesia nos pide y desea, como el Papa nos señala en su exhortación, cuidando su celebración con toda delicadeza interior y exterior, guardándolo y venerándolo en el Sagrario con piedad creciente, recreando nuestra oración personal y comunitaria ante la santísima Eucaristía y recuperando las actitudes externas de veneración y respeto allí donde, por desgracia, se han perdido. 9. No olvido que el día del Corpus Christi es también el Día de la Caridad, en el que se nos pide una mirada atenta y compasiva, como la de Jesús, a los pobres y marginados de los pueblos y ciudades de nuestra Diócesis. Jesús en la Eucaristía reúne a los hijos de Dios dispersos. Por ello, la Eucaristía es fermento de unidad y reconciliación, de amor fraterno, que no es simple solidaridad humana, sino el amor sincero, generoso y regenerador que nace del Corazón de Cristo, el amor que se aprende al pie de la Cruz, un amor que los cristianos aprendemos también en la mesa de la Eucaristía y junto al sagrario; un amor que tiene que regenerar nuestra sociedad, purificarla de todos los pecados, de todas las injusticias, de la violencia contra las mujeres, de todas las agresiones contra la vida de los más débiles; un amor que tiene que hacer de nosotros una comunidad abierta a las necesidades de los inmigrantes, de los ancianos y enfermos, de todos los que se sientan solos y angustiados en estos momentos de tanto dolor para los pobres, los parados y los que han dejado de percibir el subsidio de desempleo. En este Día de la Caridad, seamos generosos en la colecta que hoy tiene como destinatarios a los más pobres de nuestra Diócesis, a los que Caritas sirve. 10. Termino ya destacando el nexo profundo que existe entre la Eucaristía y la Santísima Virgen. Ella concibió en sus purísimas entrañas el precioso cuerpo y la preciosa sangre de su Hijo. Ella fue el sagrario más limpio y santo que jamás ha existido. De su seno bendito nació hace dos mil años el cuerpo santísimo que veneramos en la Eucaristía. Que ella, mujer eucarística, nos ayude a todos a crecer en amor, respeto y veneración por este augusto sacramento y nos aliente a servir también a los pobres y necesitados, a ponernos de su parte y en su lugar, pues también ellos son hijos suyos y hermanos nuestros. Así sea. + Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo de Sevilla

martes, 1 de junio de 2010

No perder la tradición del Palio.

Durante años en la fiesta del Corpus el Santísimo ha salido bajo palio por las calles de nuestro pueblo. De ahí la costumbre de los altares ya que en ellos se depositaba la Custodia para que el sacerdote descansara e impartía la bendición. Este año que ha sido dedicado al sacerdote hemos querido recordar esa costumbre pero por falta de tiempo ha sido tarde. De tal manera que el año que viene lo haremos así. Ni que decir tiene que no se vaya a sacar más el paso de la custodia que con tanto cariño regaló una hija de este pueblo para el Señor. La idea es intercalar la salida del Señor con el Palio y con el Paso para mayor gloria de Dios.

Rotundo éxito de la participación del pueblo en la Feria del Libro.

Realizada en el marco incomparable del Patio de los Naranjos del Monasterio, tuvo lugar la Feria del Libro. Los Romeros de San Isidoro pusieron su nota juvenil llevando el barito que se instalo en una de las esquinas. La participación del pueblo fue masiva. Felicidades a todos.

Enlace Matrimonial.

El pasado sábado celebraron su matrimonio nuestros amigos Ana y José Luis. Desde aquí nos unimos a su alegría y les deseamos muchas felicidades.