¡¡¡¡Gracias Santidad!!!!

¡¡¡¡Gracias Santidad!!!!
¡¡¡Gracias Santidad!!

domingo, 30 de mayo de 2010

Feria del Libro: Patio de los naranjos del monasterio.

En la feria del libro que se celebra este año en el Patio del de los Naranjos del Monasterio, podremos encontrar a los romeros de San Isidoro del Campo que llevan el bar que se ha puesto para este día. Invitamos a todos a participar en esta Feria del Libro y sobre todo a hacer gasto en el bar para ayudar a estos queridos jóvenes católicos.

viernes, 28 de mayo de 2010

LA HERMANDAD DEL ROCIO BAILA A LOS ANCIANOS.

La Hermandad del Rocío regresa al pueblo.

Cansados, pero contentos, los rocieros de Santiponce hicieron su entrada aobre las 9.30 de la noche. Visitaron primero los ancianos de la Residencia de la Milagrosa. Alli les esperaba miembros de la Pastoral de la Salud y del Consejo. Las niñas bailaron sevillana delante de los abuelitos, mientras la carreta del Simpecado, a los pies de la Residencia monstraba toda su belleza. La Virgen bendecía a todos con su presencia, que por un momento se impregnó todo ddel maternal cariño de una madre por los más ancianos y débiles. A continuación, después de cruzar la plaza del pueblo, visitaron la Residencia del Rosario. De nuevo el baile y flores para los ancianos. La siguiente parada fue en la Parroquia donde el Párroco que los acompañaba desde el principio del pueblo, dirigió unas palabras a todos y rezaron a los patrones: La Santísima Virgen del Rosario y San Isidoro. La llegada a la Capilla, con cantos de sevillanas ponían el broche fnal a la jornada. El Hermano Mayor dio las gracias a todos por su buen hacer y comportamiento. El Párroco felicitó al Hermano Mayor y después del rezo de la Salve, impartió la bendición a todos, invitando a la Misa del Sábado a las 9 de Acción de Gracias.

jueves, 27 de mayo de 2010

Hoy jueves entrada de la Hermandad del Rocío.

Esta tarde a las 9, esta prevista la llegada de la Hermandad del Rocío al pueblo.La primera parada la realizará visitando la Residencia de ancianos de la Milagrosa. Este año, como novedad, visitará también la Residencia del Rosario. Damos gracias a Dios y a su bendita Madre por que no ha habido ningún incidente grave durante el camino.El sábado a las 9 de la noche en la Capilla del Rocío tendrá lugar la Misa de Acción de Gracias a Dios.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Triduo al Corpus.

Os comunicamos que el próximo jueves, viernes y sábado, primero de mes, tendrá lugar el Triduo al Corpus. El jueves y el vienes a las 8.30 hasta las 9 exposición del Santísimo. A las 9 la santa Misa. El sábado la Misa será a las 10.30. Una hora antes se Expondrá el Santísimo para la oración. En la Misa del viernes, se celebrará el Sacramento de la Unción a las personas mayores y a los enfermos. Los que no puedan venir , que avisen al párroco para atenderlos en la casa. La procesión del Corpus será el sábado por la tarde a las 8.30.

domingo, 23 de mayo de 2010

"Defender la vida siempre", carta pastoral (21-03-10)

Queridos hermanos y hermanas: En noviembre de 2007, la Conferencia Episcopal Española, decidió instituir una Jornada específica por la Vida a celebrar todos los años el día 25 de marzo, fiesta de la Encarnación del Señor. Pocas fechas son tan aptas, pues el misterio de la Encarnación del Señor nos invita a considerar la grandeza y dignidad de la vida humana. En efecto, el Hijo de Dios comenzó su vida en la tierra en el seno de su Madre. Este misterio nos recuerda, pues, que la vida humana tiene un valor sagrado, que todos debemos reconocer, respetar y promover porque es un don de Dios. Son muchas las amenazas que se ciernen sobre la vida: el hambre, que padece un tercio de la humanidad; la violencia doméstica y la muerte de tantas mujeres a manos de aquellos con los que compartían su vida; los accidentes de tráfico, consecuencia de la irresponsabilidad; los accidentes laborales que terminan en tragedia, fruto en muchos casos de un liberalismo económico desbocado; la tragedia del SIDA que llena de dolor a muchas familias; las drogas, que roban la libertad y arrancan la vida de tantos jóvenes; y sobre todo, el drama del aborto, que a su gravedad intrínseca, por ser la eliminación voluntaria y querida de un ser humano a petición de sus progenitores, se une la tragedia de su aceptación sin pestañear por una parte de nuestros conciudadanos en nombre del progreso y de la libertad de la mujer. El pasado 4 de marzo, el Boletín Oficial del Estado publicaba la llamada Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que en realidad no es otra cosa que una liberalización total del aborto, considerado como un derecho de la mujer, mientras se conculcan los más elementales derechos del hijo que lleva en sus entrañas. La norma entrará en vigor el próximo 4 de julio. Su carácter legal no le confiere el marchamo de moralidad, pues no todo lo que es legal es moral. El aborto es siempre una inmoralidad, no es progreso sino regresión. En realidad es un “crimen abominable”, como lo calificó el Concilio Vaticano II. Por ello, bienvenida sea la II Jornada de la Vida, que quiere ser una invitación a las comunidades cristianas a orar y proclamar el valor sagrado de toda vida humana desde su comienzo en la fecundación hasta su ocaso natural. De la oración debe brotar un compromiso decidido para sustituir la “cultura de la muerte” por una cultura que acoja y promueva la vida. En su primera visita apostólica, en noviembre de 1982, el Papa Juan Pablo II nos dejó a los españoles este mensaje, que muchos años después no ha perdido actualidad: “Quien negara la defensa de la persona humana más inocente y débil, de la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad”. Urge, por ello, que los católicos nos sensibilicemos ante este tema auténticamente mayor, que tratemos de sensibilizar a nuestros conciudadanos y que anunciemos a todos el Evangelio de la Vida. En las últimas décadas ha crecido, gracias a Dios, la conciencia de la dignidad sagrada de la persona humana, pero de modo excesivamente selectivo. Todos abominamos de la tortura, de la pena de muerte y de la violencia contra las mujeres. Son muchos los voluntarios, sobre todo jóvenes, que se comprometen en el servicio a los pobres, aquí y en el Tercer Mundo. Aplaudo y apoyo las incitativas de los militantes de la HOAC cuando muere un trabajador en accidente laboral. Dios quiera que vaya creciendo también nuestra conciencia de que la vida debe ser promovida, tutelada y defendida en todas sus fases. En este sentido, respaldo y aliento a las instituciones, confesionales o no, que promueven iniciativas a favor de la vida y que ayudan a las madres en circunstancias difíciles para que acojan generosamente el fruto de sus entrañas. Ruego a los sacerdotes que en la eucaristía del día 25 hablen del don sagrado de la vida y que organicen actos especiales de oración con esta intención. Ruego también a los catequistas, profesores de Religión y responsables de grupos y movimientos apostólicos que se impliquen en esta Jornada y que recuerden a todos que el derecho a la vida es el primer derecho fundamental. En diciembre de 2007, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución por la que se invitaba a los Estados miembros a instituir una moratoria en la aplicación de la pena de muerte. Dios quiera que llegue también el día en que el aborto sea suprimido de nuestras leyes y todos reconozcamos el inmenso y trágico error cometido en los siglos XX y XXI por la humanidad. Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. + Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo de Sevilla

martes, 18 de mayo de 2010

Mes de Mayo: Mes de María.

Queridos hermanos y hermanas: Os confieso que uno de los recuerdos más entrañables de mi infancia y de mis años de Seminario son las flores de mayo. Recuerdo con nostalgia los ramilletes de flores de humildes amapolas y lirios silvestres que nos preparaban nuestras madres para poner a los pies de la Virgen después de recitarle una sencilla poesía en la parroquia o el colegio. Recuerdo también las flores espirituales que los seminaristas recogíamos por la mañana antes de llegar a la capilla, con un obsequio a la Señora, que depositábamos a sus pies y que a lo largo del día tratábamos de cumplir. Recuerdo, por fin, las sentidas consagraciones a María que hacíamos por cursos y la de todo el Seminario en el último día de mayo. Hoy muchas de estas prácticas devocionales han desaparecido y no deja de ser una lástima. Estoy convencido de que nos sirvieron muy mucho para enraizar en nuestro corazón la devoción y el amor a la Virgen. En los últimos decenios, no han faltado quienes nos han dicho, con palabras explícitas o con actitudes, que la devoción a la Virgen es algo poco recio, demasiado blandengue y sen- timental y, por ello, impropio de personas espiritualmente maduras. Algunos se han atrevido a afirmar que la devoción a María es algo accidental, un adorno del que se puede prescindir. Otros, por fin, han asegurado que el culto y el amor a la Virgen nos distrae y aleja de Jesucristo, el único mediador y salvador. Ni qué decir tiene que estas afirmaciones no son verdaderas. La Santísima Virgen ocupa un lugar central en el misterio de Cristo y de la Iglesia y, por ello, la devoción y el amor a Santa María pertenecen a la entraña misma de la piedad cristiana. Ella es la madre de Jesús. Ella, como peregrina de la fe, aceptó humilde y confiada su misteriosa maternidad, haciendo posible la encarnación del Verbo. Ella fue la primera en admirar los milagros de su Hijo, la primera oyente de su palabra, su más fiel y atenta discípula, la encarnación más verdadera del Evangelio. Ella, por fin, al pie de la Cruz, nos recibe como hijos y acepta el dolor y la muerte de su Hijo y lo ofrece al Padre, convirtiéndose, por un misterioso designio de la Providencia de Dios, en corredentora de toda la humanidad. Por ser madre y corredentora, es medianera de todas las gracias necesarias para nuestra salvación, para nuestra santificación y para nuestra fidelidad, lo cual en absoluto oscurece o disminuye la única mediación de Cristo. Todo lo contrario, esta mediación maternal es querida por Cristo y se apoya y depende de los méritos de Cristo y de ellos obtiene toda su eficacia (LG 60). La maternidad de María y su misión de corredentora no es algo que pertenece al pasado. Siguen vigentes, siguen siendo actuales: Ella, asunta y gloriosa en el Cielo, sigue actuando como madre, con una intervención activa, eficaz y benéfica en favor de nosotros sus hijos, impulsando, vivificando y dinamizando nuestra vida cristiana. Ésta ha sido la doctrina constante de la Iglesia, enseñada por los Padres de la Iglesia; vivida en la liturgia; celebrada por los escritores medievales y por nuestros más esclarecidos poetas; pintada o esculpida por nuestros mejores artistas, especialmente en nuestra Andalucía, tierra de María Santísima; enseñada por los teólogos y, sobre todo, por los Papas de los dos últmos siglos. Por ello, la devoción a la Virgen, conocerla, amarla e imitarla, vivir una relación filial con Ella, acudir a Ella cada día, honrarla con el rezo del «Á gelus», las tres avemarías, el Rosario u otras devociones recomendadas por la Iglesia, no es algo accidental, de lo que podamos prescindir sin que se conmuevan los cimientos mismos de nuestra vida cristiana. En la exhortación apostólica Marialis cultus, Pablo VI nos dejó escrita una frase que yo querría que se grabara en nuestros corazones: «Para ser auténticamente cristianos, hay que ser verdaderamente marianos». Efectivamente, María es el Arca de la Alianza, el lu- gar de nuestro encuentro con el Señor; refugio de pecadores, consuelo de los afligidos y remedio y auxilio de los cris- tianos. Ella es la estrella de la mañana que nos guía y orienta en nuestra peregrinación por este mundo; Ella es salud de los enfermos del cuerpo y del alma. Ella es, por fin, la causa de nuestra alegría y la garantía de nuestra fidelidad. Honremos, pues, a la Virgen cada día de nuestra vida y, muy especialmente, en este mes de mayo. Acudamos a visitarla en sus santuarios y ermitas con amor y sentido penitencial. Qué bueno sería que en nues- tras parroquias se restauraran las flores de mayo u otras devociones parecidas. El amor y el culto a la Virgen es un motor formidable de dinamismo espiritual, de fidelidad al Evangelio y de vigor apostólico. Que nunca nos acostemos tranquilos sin haber tenido un detalle filial con Nuestra Señora. Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. † Juan José Asenjo Pelegrina Arzobispo de Sevilla

Monasterio de Santa María del Parral.Segovia.

La comunidad de los jerónimos esta formada actualmente por 10 monjes.

jueves, 6 de mayo de 2010

lunes, 3 de mayo de 2010

Tocando para la Misa del alba de romeros de las 7.30.

La jornada del domingo estaba cargada de ilusión y preparativos. Desde antes del alba, los tamborileros fueron tocando por la calles del pueblo, para anunciar el comienzo de un nuevo día, el día de la Romería del pueblo. Los Romeros de San Isidoro del Campo, tocaron a mano, las campanas de la iglesia. El día anunciaba lo que a lo largo de la jornada se confirmó, todo un tiempo de convivencia sin ningún tipo de incidencia. ¡Viva San Isidoro delCampo! ¡Que viva nuestro Patrón!

MES MAYO, MES DE LAS FLORES, MES DE MARÍA.

Hermosa estampa del Jardín de la Virgen del exterior de la iglesia.

Primer Domingo de Mayo: Nuestra Romería.

Con la celebración de la Misa de Romero de las 7.30 de la mañana comenzó en hermoso día en que todo un pueblo salió de romería al campo. Este año fuimos a un lugar nuevo, situado junto a la rivera, en frente del estadio olímpico en término de Santiponce. Un hermoso lugar, muy verde, con sombra y con gran espacio. Gracias al buen comportamiento del pueblo, todo salió muy bien. Desde aquí felicitamos a todos y de manara especial a los Jóvenes Romeros de San Isidoro del Campo.