¡¡¡¡Gracias Santidad!!!!

¡¡¡¡Gracias Santidad!!!!
¡¡¡Gracias Santidad!!

viernes, 31 de diciembre de 2010

¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!

Queremos desearos a todo un Feliz Año Nuevo. Que sea el año de la solidaridad, de la cercanía del compartir. Dios nos da ejemplo.

lunes, 27 de diciembre de 2010

A las 5 de la tarde, ha nacido Fátima, la nueva sobrina de nuestro párroco.

La vida es un regalo de Dios. En la festividad de San Juan evangelista y apostol, ha venido al mundo a las cinco de la tarde, con un peso de tres kilos, la hija de Carla, hermana menor de D. Joaquín. Desde aquí hacemos llegar nuestras más sinceras felicitaciones por este hermoso regalo de Dios al mundo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Hoy os ha nacido un Salvador

† Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 1 14 En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: —No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en el cielo, Y en la tierra paz a los hombres que Dios ama.

Bendición Urbi et Orbi del Papa en el Vaticano: 'Libertad Religiosa en C...

MENSAJE DE NAVIDAD DEL PAPA «Verbum caro factum est» – «El Verbo se hizo carne» (Jn 1,14). Queridos hermanos y hermanas que me escucháis en Roma y en el mundo entero, os anuncio con gozo el mensaje de la Navidad: Dios se ha hecho hombre, ha venido a habitar entre nosotros. Dios no está lejano: está cerca, más aún, es el «Emmanuel», el Dios-con-nosotros. No es un desconocido: tiene un rostro, el de Jesús. Es un mensaje siempre nuevo, siempre sorprendente, porque supera nuestras más audaces esperanzas. Especialmente porque no es sólo un anuncio: es un acontecimiento, un suceso, que testigos fiables han visto, oído y tocado en la persona de Jesús de Nazaret. Al estar con Él, observando lo que hace y escuchando sus palabras, han reconocido en Jesús al Mesías; y, viéndolo resucitado después de haber sido crucificado, han tenido la certeza de que Él, verdadero hombre, era al mismo tiempo verdadero Dios, el Hijo unigénito venido del Padre, lleno de gracia y de verdad (cf. Jn 1,14). «El Verbo se hizo carne». Ante esta revelación, vuelve a surgir una vez más en nosotros la pregunta: ¿Cómo es posible? El Verbo y la carne son realidades opuestas; ¿cómo puede convertirse la Palabra eterna y omnipotente en un hombre frágil y mortal? No hay más que una respuesta: el Amor. El que ama quiere compartir con el amado, quiere estar unido a él, y la Sagrada Escritura nos presenta precisamente la gran historia del amor de Dios por su pueblo, que culmina en Jesucristo. En realidad, Dios no cambia: es fiel a sí mismo. El que ha creado el mundo es el mismo que ha llamado a Abraham y que ha revelado el propio Nombre a Moisés: Yo soy el que soy… el Dios de Abraham, Isaac y Jacob… Dios misericordioso y piadoso, rico en amor y fidelidad (cf. Ex 3,14-15; 34,6). Dios no cambia, desde siempre y por siempre es Amor. Es en sí mismo comunión, unidad en la Trinidad, y cada una de sus obras y palabras tienden a la comunión. La encarnación es la cumbre de la creación. Cuando, por la voluntad del Padre y la acción del Espíritu Santo, se formó en el regazo de María Jesús, Hijo de Dios hecho hombre, la creación alcanzó su cima. El principio ordenador del universo, el Logos, comenzó a existir en el mundo, en un tiempo y en un lugar. «El Verbo se hizo carne». La luz de esta verdad se manifiesta a quien la acoge con fe, porque es un misterio de amor. Sólo los que se abren al amor son cubiertos por la luz de la Navidad. Así fue en la noche de Belén, y así también es hoy. La encarnación del Hijo de Dios es un acontecimiento que ha ocurrido en la historia, pero que al mismo tiempo la supera. En la noche del mundo se enciende una nueva luz, que se deja ver por los ojos sencillos de la fe, del corazón manso y humilde de quien espera al Salvador. Si la verdad fuera sólo una fórmula matemática, en cierto sentido se impondría por sí misma. Pero si la Verdad es Amor, pide la fe, el «sí» de nuestro corazón. Y, en efecto, ¿qué busca nuestro corazón si no una Verdad que sea Amor? La busca el niño, con sus preguntas tan desarmantes y estimulantes; la busca el joven, necesitado de encontrar el sentido profundo de la propia vida; la busca el hombre y la mujer en su madurez, para orientar y apoyar el compromiso en la familia y en el trabajo; la busca la persona anciana, para dar cumplimiento a la existencia terrenal. «El Verbo se hizo carne». El anuncio de la Navidad es también luz para los pueblos, para el camino conjunto de la humanidad. El «Emmanuel», el Dios-con-nosotros, ha venido como Rey de justicia y de paz. Su Reino —lo sabemos— no es de este mundo, sin embargo, es más importante que todos los reinos de este mundo. Es como la levadura de la humanidad: si faltara, desaparecería la fuerza que lleva adelante el verdadero desarrollo, el impulso a colaborar por el bien común, al servicio desinteresado del prójimo, a la lucha pacífica por la justicia. Creer en el Dios que ha querido compartir nuestra historia es un constante estímulo a comprometerse en ella, incluso entre sus contradicciones. Es motivo de esperanza para todos aquellos cuya dignidad es ofendida y violada, porque Aquel que ha nacido en Belén ha venido a liberar al hombre de la raíz de toda esclavitud. Que la luz de la Navidad resplandezca de nuevo en aquella Tierra donde Jesús ha nacido e inspire a israelitas y palestinos a buscar una convivencia justa y pacífica. Que el anuncio consolador de la llegada del Emmanuel alivie el dolor y conforte en las pruebas a las queridas comunidades cristianas en Irak y en todo el Medio Oriente, dándoles aliento y esperanza para el futuro, y animando a los responsables de las Naciones a una solidaridad efectiva para con ellas. Que se haga esto también en favor de los que todavía sufren por las consecuencias del terremoto devastador y la reciente epidemia de cólera en Haití. Y que tampoco se olvide a los que en Colombia y en Venezuela, como también en Guatemala y Costa Rica, han sido afectados por recientes calamidades naturales. Que el nacimiento del Salvador abra perspectivas de paz duradera y de auténtico progreso a las poblaciones de Somalia, de Darfur y Costa de Marfil; que promueva la estabilidad política y social en Madagascar; que lleve seguridad y respeto de los derechos humanos en Afganistán y Pakistán; que impulse el diálogo entre Nicaragua y Costa Rica; que favorezca la reconciliación en la Península coreana. Que la celebración del nacimiento del Redentor refuerce el espíritu de fe, paciencia y fortaleza en los fieles de la Iglesia en la China continental, para que no se desanimen por las limitaciones a su libertad de religión y conciencia y, perseverando en la fidelidad a Cristo y a su Iglesia, mantengan viva la llama de la esperanza. Que el amor del «Dios con nosotros» otorgue perseverancia a todas las comunidades cristianas que sufren discriminación y persecución, e inspire a los líderes políticos y religiosos a com-prometerse por el pleno respeto de la libertad religiosa de todos. Queridos hermanos y hermanas, «el Verbo se hizo carne», ha venido a habitar entre nosotros, es el Emmanuel, el Dios que se nos ha hecho cercano. Contemplemos juntos este gran misterio de amor, dejémonos iluminar el corazón por la luz que brilla en la gruta de Belén. ¡Feliz Navidad a todos!

sábado, 25 de diciembre de 2010

Belén Nazareno.

A las 6,25 de la tarde, de la tarde del 25, nuestro Párroco, bendijo el nuevo Belén viviente, organizado por la Hermandad de la Virgen , en las callejuelas del casco antiguo. Queremos felicitar el citado Belén viviente que te traslada a la misma ciudad de Belén, a través de ese recorrido,, compuesto por personas de nuestro pueblo que se han ofrecido voluntariamente al proyecto.El Belén se abrira también el dia 26 de 6.30 a 9 de la tarde.

Endulzar la vida a los demas.

Un grupo de mujeres y hombres de nuestra Parroquia, han decidido endulzar la vida a los demás en estas fiestas. Para ello, han pedido dulces y pasteles, chocolate y café; otros los hacen ellas mismas. Situadas a la salida del Belen Nazareno, en la Plazoleta, han colocado un puesto de merienda los días del Belén. Los fondos recaudados, serán para ayudar a familias de éste pueblo. Desde aquí felicitamos a estos hermanos y hermanas, e invitamos a todos, a merendar allí y a endulzar la vida a los demás.

sábado, 18 de diciembre de 2010

III Gran Concierto de Navidad de la Parroquia. Cantemos el Nacimiento de Dios. Domigo 19 a las 5:30 de la tarde.

Comenzó a las 5.30 de la tarde. Participaron: El Coro de Olivares, el Coro de Camas, el Coro del Rocío de Valencina, el Coro del Rocío de Santiponce el Coro de los Niños de Primera Comunión de la Parroquia, el Coro de los Romeros de San Isidoro de Santiponce y el Coro Almirez de Santiponce.

Bendición del nuevo Belén en la Capilla del Rocío.

Coincidiendo con el cuarto domingo de adviento, al finalizar la Misa tuvo lugar la bendición del Belén realizado en la Capilla. Es la primera vez que esto se lleva a cabo. Desde aquí felicitamos la iniciativa e invitamos a todos a pasarse por la Capilla a visitarlo.

La Santa Ilusión: El Cartero Real.

Antes de abrir las puertas del templo parroquial, ya había niños esperando para entrar. A pesar de las intensas lluvias, no han parado de desfilar lo niños y mayores que han entregado sus cartas al Cartero Real. La Ilusión no se puede perder, es uno de nuestros tesoros más importante en la vida.